Sorry, no dogs allowed!
El camello fue domesticado hace unos 4500 años, y gracias a sus atributos especiales y a su perfecta adaptación a las condiciones áridas, ha servido al hombre del desierto en sus viajes.
En la Posada Beerotaym hay un hato de 25 camellos, cuidados y amistosos, que transportan a los huéspedes por los caminos ocultos del desierto, por esas “quebradas”, sendas que utilizaban los nómadas y las caravanas en tiempos milenarios.
Sirven de guías miembros del personal de la Posada, que escogieron el desierto como modo de vida, conocen las antiguas sendas de camellos así como las anécdotas del agreste paisaje. Durante la excursión, los participantes podrán apreciar vestigios de agricultura y asentamientos antiguos, la adaptación de la flora y fauna a las condiciones ambientales, supervivencia en el desierto, agricultura antigua, agua potable, caravanas de especias e historias fascinantes sobre los distintos tipos de habitantes: nómadas, investigadores, viajeros y soñadores…
El sabor del desierto – Hora y media aproximadamente
El paseo en camello sale de la Posada Beerotaym para explorar el entorno cercano.Gracias a las altas napas de agua subterránea, la zona cuenta con una riqueza excepcional de elementos naturales y sitios arqueológicos, vestigios de agricultura antigua, una cisterna bizantina de las más grandes del Néguev y mucho más, que veremos durante el corto recorrido. El paseo incluye un trecho a pie.
En pos de los cazadores y recolectores – Medio día (4-5 horas)
Salida de la Posada Beerotaym hacia la “Colina de las Inscripciones”, pinturas rupestres de las más antiguas del Néguev (55.000 años), vegetación autóctona, agricultura antigua, anécdotas de caravanas, etc. Durante el paseo disfrutaremos de una pausa a la sombra de las acacias para conocer la cocina del desierto, incluyendo la «liba”, pan horneado en un hoyo con brasas y otros platos típicos, donde los participantes podrán participar y aprender acerca de las costumbres del desierto.
Por la senda de las caravanas
Travesía a las profundidades del desierto, por itinerarios que atraviesan wadis sin senderos y una composición ecológica no perturbada: vegetación, árboles y animales que se complementan en perfecta armonía. Los únicos caminos son las “quebradas” antiguas (sendas de camellos) que utilizaban los habitantes del desierto hace siglos o milenios. El equipo necesario para la travesía se carga en camellos y el movimiento es lento, al ritmo del desierto. Todas las comidas se preparan en el terreno, mientras se aprende y experimenta, utilizando plantas y métodos de cocción típicos del desierto. La cocción prolongada tiene un sabor especial, con el olor de la fogata y las especias del desierto.
Desierto neto: Desconectarse del móvil, del reloj y del mundo moderno. Penetrar en el ritmo del desierto.